Desde chiquita fuí una apasionada por la pastelería, ayudaba a mamá a preparar yogur casero, arroz con leche, helado y lemon pie, entre otras cosas.
Fue tanto lo que me involucré con la cocina que a los 14 años tenía 8 alumnitas, de entre 7 y 8 años; en ese momento me sentía muy segura, hoy pienso que fuí una caradura.
La vida me llevó por otros caminos pero casi sin querer, y sin estudiar nada que tuviera que ver con la gastronomía, mi pasión se convirtió en un negocio.
Hoy ya pasaron 11 años desde mi primer cajita de alfajores vendida y no me imagino haciendo otra cosa.
No puedo explicar cómo lo disfruto, cómo me apasiona, como descanso trabajando.
La idea es poder compartir con ustedes todo esto que les cuento.... espero que lo puedan sentir un poquito....
Gracias por estar.